viernes, 6 de julio de 2012

Un solo Cuerpo: 1. La Identidad del Cuerpo

Cuando hablamos de unidad y del diseño de Dios para la iglesia siempre nos remontamos a la alusión que hace Pablo en sus cartas sobre el Cuerpo de Cristo. Sin embargo, creo que la riqueza de esta verdad es tan inmensa para nuestra limitada mente que no logramos persuadirnos de su significado, pese a que se den muchos ejemplos.

"La iglesia de Cristo es como el cuerpo humano. Está compuesto de distintas partes, pero es un solo cuerpo. 13 Entre nosotros, unos son judíos y otros no lo son. Algunos son esclavos, y otros son personas libres. Pero todos fuimos bautizados por el mismo Espíritu Santo, para formar una sola iglesia y un solo cuerpo. A cada uno de nosotros Dios nos dio el mismo Espíritu Santo.14 El cuerpo no está formado por una sola parte, sino por muchas."
(Versión lenguaje actual, 1° Corintios 12)

Hay un misterio que nos cuesta comprender: para que el cuerpo funcione como un solo organismo, todos sus miembros deben trabajar unidos, coordinados, organizados y eficientemente, cada uno en su especialidad, por diferentes que sean.

Este trabajo es silencioso.

En el cuerpo humano, ninguna célula le pregunta a otra qué debe hacer... sólo lo hace y si deben trabajar de manera coordinada, se comunican por medio de señales moleculares y efectúan su tarea.

Cuando las células trabajan bien, NO HAY CONCIENCIA DE SU PRESENCIA INDIVIDUAL, ninguna es más que la otra, de manera que cuando caminamos por la calle no tenemos conciencia de que los glóbulos rojos transportan oxígeno por nuestra sangre, ni que las neuronas envían mensajes a nuestros músculos para que se muevan, o que las células del epitelio intestinal están absorbiendo nutrientes para que otra célula obtenga energía de ellos.
El cuerpo, compuesto de muchas partes, REAMENTE ES UNO.

Así debemos ser! muchos miembros que funcionan unidos, coordinados, organizados y de manera eficiente. Sin buscar sobresalir, ni opacar a otros, porque estamos tan amalgamados, que funcionamos como uno solo.

Somos muchos, muy diferentes y hay mucho trabajo. Pero hasta ahora hemos sido egoístas, nos hemos centrado en nosotros mismos, en nuestra "vidita", nuestra "casita" y nuestra "iglesita". Somos cuerpo, con otros miembros distintos de nosotros, cada uno con su don y ministerio, en distintas partes del mundo, moviéndose por una cultura y por un Reino, el Reino de Dios.

Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente UNIDOS en una misma mente y en un mismo parecer.
(1° Corintios 1:10)

¿QUÉ HACE QUE LAS CÉLULAS TRABAJEN JUNTAS?

Por mucho tiempo se investigó el motivo por el cual las células funcionaban de manera tan independiente, como si cada una supiera exactamente qué hacer. Hasta que descubrieron que todas compartían un sólo motor, que les decía qué debían hacer, cómo y cuándo hacerlo.
Este motor es el ADN, su material genético, el que es idéntico para todas y les otorga su IDENTIDAD. El ADN nos dice a qué especie, órgano y tejido pertenece una célula.
Las células sanas ejercen las funciones que están escritas en su ADN, tienen un "sentido de pertenencia" y obedecen a él. Por ejemplo, los linfocitos (o células de defensa) saben que deben atacar a todo lo que no sea del cuerpo. Es su función recorrer el cuerpo destruyendo e informando exclusivamente ante una presencia extraña. Pero cuando el ADN está alterado, éstas células atacan a los propios miembros del cuerpo, provocando una seria enfermedad, que no tiene cura.

Nosotros tenemos un ADN, proviene del Padre, porque somos sus hijos y compartimos una identidad de Hijos de Dios, que nos da sentido de pertenencia, y una cultura a la cual obedecemos.

"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son HIJOS DE DIOS."
(Romanos 8:14)

Y recordemos como vimos en el primer versículo: "A cada uno de nosotros Dios nos dio el mismo Espíritu Santo."

Éste es nuestro ADN!

Cuando no tenemos clara esta verdad, "no nos sentimos" parte del cuerpo, no tenemos sentido de pertenencia... creemos "no encajar" porque no nos identificamos con la cultura de Reino.

 "15 Si al pie se le ocurriera decir: «Yo no soy del cuerpo, porque no soy mano», todos sabemos que no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. 16 Y si la oreja dijera: «Como yo no soy ojo, no soy del cuerpo», de todos modos seguiría siendo parte del cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír. Y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler. 18 Pero Dios puso cada parte del cuerpo en donde quiso ponerla. 19 Una sola parte del cuerpo no es todo el cuerpo. 20 Y aunque las partes del cuerpo pueden ser muchas, el cuerpo es uno solo.   21 El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito». Tampoco la cabeza puede decirle a los pies: «No los necesito». 22 Al contrario, las partes que nos parecen más débiles, son las que más necesitamos. 23 Y las partes que nos parecen menos importantes, son las que vestimos con mayor cuidado. Lo mismo hacemos con las partes del cuerpo que preferimos no mostrar. 24 En cambio, con las partes que mostramos no somos tan cuidadosos. Y es que Dios hizo el cuerpo de modo que le demos más importancia a las partes que consideramos de menos valor."
(Versión lenguaje actual, 1° Corintios 12)

Recordemos entonces... que (1) somos un cuerpo, que (2) tenemos identidad porque el Espíritu que está en nosotros es nuestro ADN y por lo tanto DEBEMOS (3) ser/estar unidos, coordinados y organizados! en función de un destino y por una cultura, que es de Reino.

"Vosotros, pues, sois el CUERPO DE CRISTO, y miembros cada uno en particular."
(1° Corintios 12:27)

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