martes, 10 de julio de 2012

Un solo Cuerpo: 2. Cuando el cuerpo enferma

En el Cuerpo de Cristo hay muchos miembros, muchas responsabilidades espirituales, que han sido instituidas por Dios: Apóstoles, profetas, maestros, evangelistas, etc. 

Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.28 En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; 
después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas *lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? 
(1° Corintios 12, NVI)

Todos son parte del Cuerpo, pero por mucho tiempo hemos entendido equivocadamente este pasaje. Lo hemos entendido de manera jerárquica, dando mayor importancia (una importancia casi sobrenatural)  a los apóstoles y profetas, porque Pablo los enumeró como lo muestra la escritura.
¿Es más importante un profeta que un evangelista?, ¿Es más importante un apóstol que un maestro?, ¿Es más importante un ministro de alabanza que el que asea el templo?


El diseño de nuestro Padre es perfecto. No es un diseño babilónico piramidal, yo imagino que es como un cubo, que va rotando, ningún miembro está sobre el otro en importancia.

En el cuerpo humano... ¿Podemos decir que un miembro es más importante que otro? 
Quizá alguno dirá: "el cerebro es más importante porque comanda todo el resto de los órganos"... pero sin el corazón no llegaría sangre al cerebro y no podría cumplir su función.
Entonces podemos decir... ¡El corazón es más importante!, pero en realidad sin los pulmones, la sangre estaría siempre contaminada y de nada serviría que circulara por el cuerpo, para qué explicar qué haríamos sin el intestino delgado y el colon. Esta es una cadena. Ningún miembro existe de relleno o por azar. Hay un PROPÓSITO.

 22 Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables, 23 y a los que nos parecen menos honrosos los tratamos con honra especial. Y se les trata con especial modestia a los miembros que nos parecen menos presentables, 24 mientras que los más presentables no requieren trato especial. Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, 25 a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros. 

(1° Corintios 12, NVI)

La clave está en perder la conciencia individual y reconocer la conciencia de cuerpo.
Recordemos entonces a los MIEMBROS INVISIBLES, dando a  ellos también la honra que merecen.



 ¿QUÉ SUCEDE CUANDO HAY CONCIENCIA INDIVIDUAL?

Cuando hacemos nuestras actividades diarias no tenemos conciencia de nuestros órganos individuales, no pensamos que nuestro riñón filtra todo el día nuestra sangre para fabricar orina, PORQUE TENEMOS CONCIENCIA DE CUERPO, pero cuando algo sale mal y el riñón enferma, por ejemplo con un cálculo renal, el dolor no nos deja pensar en otra cosa!

El único momento cuando el cuerpo tiene conciencia de sus PARTES INDIVIDUALES, es cuando uno de sus órganos duele.
El dolor puede ser causado por muchos motivos, pero siempre indica lo mismo... "algo no está bien, algo dejó de funcionar o está haciendo las cosas a medias". En el cuerpo de Cristo, causas de dolor son manifestaciones de pecado, que causan división, murmuración, etc.

20 En realidad, me temo que cuando vaya a verlos no los encuentre como quisiera, ni ustedes me encuentren a mí como quisieran. Temo que haya peleas, celos, arrebatos de ira, rivalidades, calumnias, chismes, insultos y alborotos. 21 Temo que, al volver a visitarlos, mi Dios me humille delante de ustedes, y que yo tenga que llorar por muchos que han pecado desde hace algún tiempo pero no se han *arrepentido de la impureza, de la inmoralidad sexual y de los vicios a que se han entregado.
(2° Corintios 12, NVI)

La palabra "alboroto" en otras versiones está traducida como "desorden". Sabemos que donde hay desorden, reinan las tinieblas.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
(Génesis 1, RV60)


Hay muchas enfermedades del cuerpo natural causadas por desorden: obesidad (desorden de ansiedad), infertilidad (desorden hormonal), depresión (desorden emocional). Pero una es más temida: el cáncer. 

El cáncer puede atacar cualquier miembro y ocurre por un crecimiento descontrolado y desordenado de una o un grupo de células. Una célula con un ADN mutado; una identidad equivocada, que se otorga mayor importancia de la que tiene y consume los nutrientes del resto de los miembros, llevando al cuerpo a otra dirección diferente de la original: un cambio del propósito original a uno erróneo.

Médicamente, el cáncer no tiene cura y causa la muerte del cuerpo completo, debilitándolo lentamente.

Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
(Romanos 8:3, NVI)

UN CAMINO MÁS EXCELENTE

El capítulo 12 de la Primera Carta a los Corintios termina diciendo:

29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? 31 Ustedes, por su parte, ambicionen[b] los mejores dones. Ahora les voy a mostrar un camino más excelente.

Ese camino más excelente, es EL AMOR (1° Corintios 13). El amor es negarse, el amor es cruz, el amor es muerte. Morir a nosotros mismos significa ver y suplir las necesidades de mi hermano antes que las mías.

Hay un fenómeno natural que se denomina apoptosis o suicidio celular y ocurre cuando una célula se contamina por infección.  La célula infectada "decide" suicidarse para no contaminar al resto de las células y mantener la integridad del cuerpo. Las células tienen inscrito en su ADN entrar en apoptosis si es necesario.

¿Pueden imaginar cómo avanzaría el Reino si al contaminarnos, en vez de diseminar la infección muriéramos a nosotros mismos por amor al resto de los miembros? 

El cuerpo se mantendrá sano, si cada miembro considera las necesidades del cuerpo entero.

 26 Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él. 
(1° Corintios 12, NVI)

Nuestra identidad está escondida en la cruz. Gobernemos en amor.



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